Nos deja el profesor Federico Mayor Zaragoza
Esta mañana recibí una felicitación de Navidad de mi querido Profesor Mayor Zaragoza con un poema:
Cuando todo aparecía
indescifrable, irreversible,
oscuro y sinsentido,
surgió radiante en cada ser humano
la luz del misterio extraordinario
de la vida.
De pronto, esperanza renovada
en los nuevos senderos
a escala personal y colectiva.
Ahora, deber de memoria para la acción
apremiante.
Ahora, por fin, la fuerza de la palabra
y nunca más la de las armas.
Ahora, si, ya, “Nosotros, los pueblos”
Iguales en dignidad.
Me ha acompañado todo el día hasta ahora que recibo la noticia de que ha emprendido viaje de vuelta.
¡Qué privilegio haber estado cerca de alguien con tanta sabiduría, con tanta vida, tan generoso, enorme corazón, tan humano,… y que repartía tanto amor siempre!
Ese amor es el que ahora nos une en el sentir de su pérdida y que dejando un espacio vacío, está tan lleno.
Profesor, seguiremos trabajando para instaurar una cultura de paz, de la mano extendida y nunca la mano alzada, no seremos de los que pudiendo hablar callan, y procuraremos no desesperar en el camino (aunque sin sus ánimos será algo más arduo).
Hasta pronto